Científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL), del CONICET y del laboratorio Lemos lideraron el desarrollo de «COVIDAR IgG», el test serológico que a partir del análisis de muestras de sangre o de suero permite determinar si una persona tiene anticuerpos contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y lo adaptaron de forma que se pueda usar con una gota de sangre extraída del dedo, facilitando así la realización de los operativos sanitarios para controlar la transmisión del nuevo coronavirus y realizar estudios epidemiológicos en barrios y en personal de riesgo.
Se trata de un trabajo enmarcado en las acciones que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, llevan a cabo a través de la «Unidad Coronavirus COVID-19».
«Validamos un método de toma de muestra más sencillo, destinado a la identificación de las personas que están o estuvieron infectadas. La gota de sangre extraída del dedo se colecta en un tubo con conservante que forma parte de un kit que tiene todos los elementos para realizar el muestreo en la calle».
Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora del CONICET.
Para lograr este avance se usa SEROKIT, un equipo desarrollado originalmente por el Laboratorio Lemos para la recolección y conservación de antígenos y anticuerpos en buffers o tubos para la Enfermedad de Chagas en muestras de sangre entera, pero la validación realizada en la FIL con la colaboración del Biobanco del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), que depende del CONICET y de la UBA, demostró la eficacia de su uso para el nuevo coronavirus.
Las gotas de sangre se analizan con el test COVIDAR IgG que se basa en una técnica que se conoce con el nombre de ELISA, la misma que se utiliza, por ejemplo, para la detección de la infección por VIH y hepatitis B. Este método de ELISA desarrollado en la FIL para determinar anticuerpos contra el nuevo coronavirus es más robusto, sensible y específico que los test rápidos que se realizan con tiras reactivas en el lugar.
Sin embargo cada método tiene ventajas y desventajas. El ELISA tiene dos desventajas, una es la toma de muestra que debe ser de suero o plasma a partir de una extracción de sangre y por otro lado está la necesidad de realizar el test en un laboratorio.
«La combinación de COVIDAR IgG con SEROKIT elimina la primera desventaja ya que permite la toma de una gota de sangre por punción del dedo, similar al método usado para determinar la glucemia, y además posibilita la realización del ensayo de ELISA en sangre entera sin necesidad de ningún procesamiento adicional. Este nuevo método permite una toma y conservación de la muestra más versátil».
Diego Ojeda, quien dirigió el estudio de validación del ensayo e integra el grupo de Gamarnik con una beca postdoctoral de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).
Esta adaptación del test serológico desarrollado en la FIL facilita, sobre todo, los operativos sanitarios y estudios para rastrear por donde está o por dónde circuló el virus en distintos barrios. «Esta herramienta puede servir para ver cómo evoluciona la pandemia, como el estudio de seroprevalencia realizado recientemente en la Villa 31», señaló Gamarnik.
Mediante el empleo de SEROKIT y COVIDAR IgG se determinó que el 53% de la población de la Villa 31 presentaba anticuerpos contra SARS-CoV-2 y se estimó que por cada caso confirmado de coronavirus, habría entre 8 y 9 más que se infectaron sin síntomas o con síntomas muy leves.
Por otro lado el nuevo método puede ser útil para detectar personas que estuvieron o están infectadas, pero que no tienen síntomas. «Podría emplearse como una herramienta de rastreo y para poder definir por donde circuló o por donde está circulando el virus en la población», explicó Gamarnik. Y agregó: «Debido a la facilidad de escalado de estos tests, este procedimiento podría ser complementario a los operativos que se están realizando actualmente y que detectan personas con síntomas».
A la fecha, se han entregado más de 6 mil determinaciones para realizar con SEROKIT en operativos sanitarios de la Ciudad de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires. Ahora el Laboratorio Lemos, dirigido por Jorge Carradori, está organizando un escalado de la producción del kit para este nuevo método.
El desarrollo, que fue liderado por el grupo de Gamarnik, Marcelo Yanovsky y Julio Caramelo, de la FIL y del CONICET, también recibió el apoyo del Fondo para la Convergencia del Mercosur (FOCEM) y de la Fundación Williams, que aportó una donación importante para la etapa inicial.